¿Por qué hay que podar los endrinos?

Los meses de enero y febrero son los más adecuados para la poda, y sois ya unos cuantos los que nos escribís preguntando cómo podar los endrinos. ¡Parece que cada vez más aficionados al pacharán tenemos uno o varios endrinos en el jardín!


No podemos dejar esta pregunta sin respuesta pero antes daremos un primer paso: ¿por qué es necesario podar los endrinos?
En los árboles del género Prunus (almendro, melocotón, ciruelos, endrino) la floración se produce antes de que broten las hojas, al final del invierno. Desde mediados de febrero comenzamos a ver los almendros en flor, luego los melocotoneros y ciruelos, y a principios de la primavera florecen los endrinos. En el caso de éstos la floración está muy ajustada con el brotado de las hojas y algunos años si se retrasa la floración ésta puede incluso producirse una vez que las hojas ya han brotado. Cuando esto ocurre nos encontraremos con que el endrino o no produce endrinas o tiene muy pocas. ¿Por qué?
Cuando el endrino florece necesita disponer de un aporte de savia que garantice el cuajado del fruto tras la polinización. Sin embargo, si ya han brotado las hojas, o si comienzan a brotar durante el cuajado como ocurre siempre, éstas se llevarán casi todo el aporte de savia y las flores se marchitarán y caerán sin cuajar al no tener alimento. Es lo que se denomina corrimiento y se da en todos los frutales, siendo más frecuente en los de floración tardía como el endrino.

Esto, claro, no podemos evitarlo cuando es provocado por una primavera tardía ya que depende de las temperaturas que tengamos cada año, pero sí podemos reducir su incidencia cuando ocurra y evitarlo totalmente los años normales. Para ello sólo tenemos que asegurarnos de que llegue suficiente savia a las flores para el cuajado de los frutos. Y la forma de hacerlo es la poda: eliminar antes de la floración parte de las ramas, sobre todo aquellas más vigorosas por las que el árbol tiende a crecer, evitando de esta forma que la savia vaya a estas ramas. Conseguiremos así que la savia se concentre en las ramas que dejamos, con menos brotes de hojas al ser menos vigorosas, y así la savia llega a las flores con suficiente caudal para asegurar el cuajado.

Con la poda podemos pensar que estamos reduciendo las posibilidades de producción del árbol ya que eliminamos ramas que también producirían flores y por ello frutos, pero en realidad estamos dando más posibilidades para que fructifiquen las flores de las ramas que dejamos y, de esa forma, tendremos la misma (o mayor) producción pero más concentrada en esas ramas.

Bueno, ahora sólo nos queda saber cómo podar nuestro endrino. Enseguida nos pondremos con ello.